El pasado domingo, 22 de octubre, asistimos, al Primer Agro-encuentro organizado por la Cooperativa Agroecológica Valle y Vega. El título de este era: “El almocafre de Oro: Sembrando conciencia”. Fue un acto entrañable y muy concurrido en el que se rindió homenaje a Eduardo Solana, de El Jau-Santa Fe, Antonio y María, de Huétor Vega, Miguel y Ángeles, de Granada. A ellas y ellos se les reconoció su gran labor y toda una vida dedicada al noble e imprescindible trabajo de la AGRICULTURA, cuidando y respetando la Vega.

La jornada comenzó con una ruta guiada por Miguel Ángel Molinero, presidente de Auca Santa Fe. Salimos desde La Paz (Fuente Vaqueros) e hicimos el recorrido, siguiendo un tramo del río Genil, hasta la Torre de Roma, en Romilla (Chauchina). La mañana amaneció estupenda, tras la lluvia de los días anteriores, y pudimos disfrutar, con todos los sentidos, del itinerario, que nos devolvió a La Paz a tiempo de asistir a la charla de Gloria Guzmán y Paco Cáceres. Con sus intervenciones, a las que se sumaron las personas asistentes, contribuyeron a visualizar, una vez más, las problemáticas que atraviesa la agricultura familiar y la Vega, pero también apuntaron aspectos positivos que dejan lugar para la esperanza.


Este acto culminó con el reconocimiento a la labor de las personas homenajeadas, que también hablaron de la Vega y la necesidad de preservarla a toda costa. Tras este emotivo y bonito acto de homenaje, nos entregamos con deleite a la extraordinaria paella que nos preparó Víctor, de la Panadería “Buenas Migas”. Ni qué decir tiene que fue una culminación fantástica con la que nos chupamos los dedos. Esas cuatro paellas alimentaron a más de doscientas personas que acabaron más que satisfechas.

Desde Auca, agradecemos a Valle y Vega la invitación para participar en el Encuentro y también queremos trasladarles nuestra enhorabuena por organizarlo, propiciando que nos encontremos para seguir trabajando por un mundo mejor.

Ahora toca gritar con fuerza: ¡Que Viva la Vega y que viva la Vega Viva!